Cada vez más se ven edificios con “techos verdes”. La tendencia a utilizar la cubierta como un jardín está en auge porque ofrece múltiples ventajas desde el punto de vista paisajístico y de la sostenibilidad del edificio.

Según el estudio holandés “Groen boven alles, Energiebesparingsmonitor” Un techo verde reduce la temperatura con respecto a un techo plano convencional hasta un máximo de 21º, garantizando un aislamiento óptimo tanto en la temporada invernal como en el verano, y una reducción considerable en el uso de los aparatos de climatización. Este estudio calcula que para una oficina de dimensión media hay un consumo anual de 1.250 MJ (Mega Joule)porl m2, de los cuales 583 MJ son para la climatización. Con un techo verde se puede llegar a ahorrar un 23% del consumo de calefacción y un 75% de refrigeración, con un balance anual positivo de 150MJ, que corresponden, por ejemplo, a 4.400m3 de gas.

El estudio sigue analizando una vivienda unifamiliar, en Holanda, donde el consumo por refrigeración representa solamente un 10% de las necesidades energéticas anuales, y, por lo tanto, no se ha computado. Sin embargo el consumo debido a sistemas de calefacción se ha calculado en 26.364 MJ, y la presencia de un techo verde ha conseguido reducir en un 23% esta partida. Con los precios actuales de la energía podemos valorar en más de 100€ el ahorro anual.

 

Protección de la radiación solar y de la lluvia y reducción de la variación de temperatura.

A lo largo de un año se pueden producir variaciones de temperatura de más de 50º. Esta excursión térmica genera un desgaste importante en las láminas impermeabilizantes de las cubiertas. El “sándwich” que compone el techo verde se pone por encima de estas láminas, protegiéndolas y alargando hasta tres veces su vida.

Valorización del edificio.

La clara tendencia del mercado en apreciar la sostenibilidad de la construcción y el bajo impacto ambiental y visual de los edificios se traduce en un mayor valor inmobiliario.

 

Retención de las aguas de lluvia y menor carga sobre el sistema de alcantarillado.

Se ha calculado que un techo verde puede llegar a absorber hasta un 54% de la aguas de lluvia en la temporada de invierno y un 70% en la de verano. En varios países se están concediendo ayudas económicas o ventajas fiscales para quienes demuestren reducir la carga sobre el alcantarillado urbano.

Amortización de la inversión.

Se calcula que la amortización sobre el coste de la instalación de un techo verde se produce en entre los 10 y los 20 años. Un techo convencional tiene que ser sustituido cada 20 años, aproximadamente, mientras que un sistema con techo verde puede durar hasta 50 años.

 

Fuente: ecoticias.com (ver noticia)