La electricidad, el gas natural o el gasóleo son las principales opciones de energías que alimentan el radiador, la estufa o la chimenea elegida para la calefacción de la vivienda
A la hora de instalar un sistema de calefacción en la vivienda, siempre toca plantearse que tipo o fuente de energía es la que queremos para que abastezca el radiador, la estufa o la chimenea elegida. Madera, carbón, gas, gasóleo o electricidad son las opciones reales de que disponemos para tal fin, teniendo en cuenta que, en algunos casos,va a ser necesario disponer de un espacio para almacenarlas. Tampoco es baladí, entre otras cuestiones, lo referente al mantenimiento posterior que necesitará el sistema de calefacción elegido, ya que será un gasto durante toda su vida útil. Tampoco hay que olvidar aspectos como el coste energético y la posibilidad de regular la temperatura con precisión.
Energía eléctrica
La electricidad está considerada como una de las energía más limpia. No causa ningún tipo de emisión, no precisa almacenaje, ni conducto de evacuación, ni mantenimiento. Sin embargo, es la fuente de energía más cara. Además, los radiadores eléctricos secan bastante el ambiente.
Por todo ello, es una fuente de energía indicada para climas templados y viviendas donde no se puede instalar una caldera de gas o gasóleo.
Gasóleo
El gasóleo doméstico es una fuente de energía limpia, muy adecuada para instalaciones que carecen de alimentación eléctrica de red. La calefacción de gasóleo, además de los radiadores, precisa la instalación de una caldera y un depósito para el combustible, que se puede instalar en el exterior o en el interior de la vivienda.
El bajo consumo de las calderas de alto rendimiento permite instalar pequeños depósitos, con un ahorro considerable de espacio. Sin embargo, es necesario conocer el servicio de reparto, la frecuencia de la distribución y la accesibilidad de los vehículos de transporte a la vivienda.
Servicio de reparto
En este sentido, cabe destacar el excelente servicio de reparto de gasóleo que disponen las prioncipales compañías y operadores de distribución de este combustible. Generalmente, sus flotas están dotadas de los más modernos avances tecnológicos y de un grupo de conductores profesionales altamente cualificados para ejercer esta actividad.
Gas natural
Respecto a los sistemas que utilizan gas natural, este es un combustible limpio que no genera cenizas, residuos sólidos ni gases sulfurosos. Además, el gas natural proporciona una temperatura ambiente constante y homogénea.
Este tipo de calefacción es válido para cualquier vivienda y, al ser una energía de suministro continuo, no precisa almacenamiento y permite un importante ahorro de espacio.
El gas natural se emplea en los radiadores tradicionales y en radiadores murales autónomos, que proporcionan calor instantáneo en la habitación que se desee. Otra opción son las chimeneas de gas natural, donde se crea una llama real sin necesidad de utilizar otro tipo de combustible, sin cenizas ni rescoldos.
Fuente: diarioinformacion.com (ver noticia)
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